Primer Problema, el Paro
José Antonio Pérez Cebrián, Caja Rural Teruel
6/02/2014, Bajo Aragón Digital
Hoy hemos conocido el dato del paro de enero y la caída de cotizantes a la Seguridad Social.
Ha sido un mazazo porque la euforia de los dos últimos trimestres en crecimiento del PIB no se ha convertido en empleo inmediato.
Los datos son tozudos y cuando todos creíamos que la mejora macroeconómica que sí es evidente en crecimiento, aunque débil en la contención del déficit, en la caída de la prima de riesgo, en incremento de exportaciones etc no se traduce en creación de empleo con la celeridad que España necesita.
Los ciudadanos han sido sin duda los grandes paganos de la crisis porque han padecido subida de impuestos en el IVA e IRPF, incremento de parados, pérdida del estado del bienestar, paro de los hijos formados a fondo , pérdida de valor de sus activos de todo tipo.
La ciudadanía ha dado un ejemplo de madurez durante los 6 años de crisis , soportando ajustes y reformas de gran calado y dolorosas esperando que no sería en balde.
La crisis ha recaído en la clase más humilde así como en las clases medias y en autónomos y PYMES que han hecho esfuerzos mayores que la gran empresa y los grandes propietarios.
Pero esa inmensa mayoría de españoles que ha pasado este calvario esperaba y espera la recompensa de ese esfuerzo y pide por lo menos que los políticos nos digan la verdad, que los políticos se centren sobre todo en aquello que más preocupa que es la creación de empleo, que acaben de una vez con la corrupción, somos el segundo país más corrupto de Europa, que persigan con contundencia el fraude fiscal, que se dejen de disputas territoriales que enmascaran los verdaderos problemas de los ciudadanos , y que se dediquen a buscar consensos para devolver a los ciudadanos a una situación lo más parecida a la entrada de la crisis, porque tampoco se pide tanto ; se pide que los españoles seamos su centro de atención prioritario y busquen la felicidad para este país tan castigado por la crisis.
Porque probablemente la recesión ha acabado pero la crisis persiste y con ella una crisis de ética y valores que dejará secuelas importantes por decenios y que nos costará muy caro.