¿Qué es un Pesario Uterino y para qué se utiliza?
Los pesarios es una herramienta eficaz para el tratamiento de numerosos problemas ginecológicos.
Se trata de un producto protésico que se inserta en la vagina para ayudar a soportar su estructura interna. Normalmente se utiliza para casos de incontinencia urinaria y para casos de prolapso de los órganos de la zona pélvica.
Un prolapso ocurre cuando la vagina, u otro órgano de la pelvis se desplazan de su lugar, afectando al resto de órganos de alrededor. Gracias a los pesarios, pueden solucionarse muchos de estos problemas sin pasar por una cirugía.
Comúnmente un pesario suele ser recetado por un médico o ginecólogo que, de acuerdo a nuestro historial médico y al problema que padezcamos nos podrá indicar el tipo de pesario que necesitaremos.
Existen multitud de tipos de pesarios, por el que el pesario indicado para ti va a depender enteramente del tratamiento y de tu condición, ya que cada tipo de pesario está diseñado para tratar un problema distinto.
Normalmente su finalidad es la de ayudar a soportar la zona pélvica especialmente en casos de Prolapso Anterior (Cistocele) y Prolapso Vaginal Posterior (Rectocele).
Los pesarios también pueden usarse para tratar la Incontinencia urinaria por esfuerzo o estrés.
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Prolapso Anterior o Cistocele
El Prolapso anterior o cistocele, también conocido como “vejiga caída”, se produce cuando los ligamentos que soportan la vejiga y los músculos ubicados entre la vejiga y la vagina se debilitan hasta el punto en el que la vejiga cae sobre la propia vagina.
Hay tres grados de Prolapso anterior:
- Grado 1 (Suave): La vejiga cae ligeramente sobre la vagina.
- Grado 2 (Moderado): La caída de la vejiga llega hasta la apertura de la vagina.
- Grado 3 (Severo): La vejiga caída llega a atravesar la apertura de la vagina.
Causas del Cistocele:
Los factores de riesgo y causas más comunes que pueden causar un prolapso anterior incluyen:
- Embarazo y post parto.
- Historial médico familiar (genética).
- Obesidad.
- Actividad física intensa, incluido el levantamiento de objetos pesados.
- Histerectomía.
- Estreñimiento crónico.
- Tos crónica.
- Envejecimiento y reducción en la producción de estrógeno. (Especialmente a partir de la menopausia).
Prolapso Vaginal Posterior o Rectocele
Se trata de un tipo de prolapso sufrido por mujeres en el que el tejido de la pared entre el recto y las paredes vaginales se encuentra muy debilitado.
Sin el soporte de los músculos del suelo pélvico y de los ligamentos, la pared frontal del recto cae sobre la vagina, y en muchos casos empuja esta “hacia afuera” provocando el prolapso.
Es importante no confundir el prolapso vaginal posterior, o rectocele, con el Prolapso Rectal, que se refiere a prolapso del propio recto.
Causas del Rectocele
El prolapso vaginal posterior se produce por la presión constante sobre el suelo pélvico. Las causas más comunes de esta presión suelen ser:
- Embarazo y post parto.
- Edad avanzada
- Estreñimiento crónico.
- Obesidad
- Tos crónica o bronquitis.
Tipos de Pesarios Uterinos
Elegir el pesario indicado para nosotras puede resultar algo confuso y complicado, al existir tantas opciones en el mercado. Sin embargo existen una serie de factores que deben tenerse en cuenta cuando se selecciona un pesario.
Estos incluyen la forma de la vagina, la gravedad del prolapso, si se desean seguir manteniendo relaciones sexuales durante su uso…
La mayoría de los pesarios, según su función, pueden dividirse en dos tipos:
- Pesarios para soporte.
- Pesarios de relleno.
Los Pesarios, por norma general, vienen en formas y tamaños muy diferentes, para poder adaptarse de la mejor manera posible a la anatomía individual de cada mujer.
Normalmente están fabricados en silicona médica, lo que los hace muy duraderos y resistentes.
El Pesario para soporte más comúnmente usado es el pesario de anillo, puesto que funciona bien a la mayoría de las mujeres y puede utilizarse para todos los grados de prolapso.
Por otra parte, el pesario de relleno más común es el pesario Gellhorn. Este tipo de pesarios cuentan con una base ancha y con una pequeña “antena” de altura variable. También suele funcionarle bien a la mayoría de las mujeres.
Pesarios de Anillo
Suele ser el tipo de Pesario más común y el más recomendado por los médicos. Suelen ser los más indicados para la mayoría de mujeres, dada su versatilidad y facilidad para ponérselos y quitárselos sin ayuda de tu médico.
Pesario Gehrung
Se trata de pesarios que se adaptan a la forma interior del cuerpo. Funcionan bien para prolapsos leves y moderados, pero no es efectivo para tratar casos de incontinencia urinaria.
Pesario Uretral para Incontinencia
Este tipo de pesarios están especialmente diseñados para tratar problemas de incontinencia urinaria. Funciona especialmente bien para los prolapsos de grado 1 y 2.
Pesarios Gellhorn
Se trata de un pesario con forma circular con una pequeña antena hacia afuera. Se suele utilizar para casos de prolapso más severos.
Pesario Cúbico
Este pesario de relleno, suele utilizarse para los casos más avanzados de prolapso. Suele introducirse de forma compacta en la vagina, para que dentro de la vagina pueda extenderse y sujetar la zona afectada por el prolapso.
Materiales de los Pesarios
PVC
Los Pesarios de PVC son dispositivos libres de latex y son uno de los materiales para Pesarios más comunes. El diámetro exterior puede variar entre 50mm a 110mm.
Silicona Médica
También existen los pesarios fabricados en silicona. Algunos incluso contienen una pequeña estructura de acero en su interior para ayudar a que mantenga su forma.
Normalmente son más flexibles que los pesarios de PVC, puesto que pueden doblarse, y hace que su colocación sea mucho más sencilla. Son los más recomendados para mujeres que prefieren colocándolos y quitándolos por sí mismas.
Los pesarios de silicona están disponibles en varios tamaños, con diámetros exteriores que van desde 44mm a 127mm.
Aunque los Pesarios de silicona son más caros que los de PVC, tiene como principal ventaja que pueden lavarse y reutilizarse varias veces.
Beneficios y Efectos secundarios de los Pesarios
La mayoría de las mujeres que han estado utilizando un pesario durante dos o más años han podido ver mejorada su condición sin haber necesitado cirugía.
También pueden presentarse ciertos efectos secundarios suaves tras un uso intensivo de los pesarios. Estos pueden incluir irritación vaginal, malos olores o infecciones en el tracto urinario.
Sin embargo, gracias a la facilidad en quitarse y ponerse el pesario, cualquier efecto secundario puede corregirse a tiempo y sin problemas.
Aunque es posible practicar relaciones sexuales con un pesario puesto, la mayoría de las mujeres prefieren quitárselo primero.
Mantenimiento y cuidado del Pesario
Si te sientes cómoda a la hora de insertar y quitar tu propio pesario, podrás quitártelo sin problema una o dos veces a la semana, como mucho.
Una vez te lo haya quitado, lávalo con jabón y agua, enjuagándolo bien antes de volver a ponértelo. Además es posible que tu médico te haya recetado alguna crema de estrógenos para aplicarte una vez te hayas quitado el pesario para prevenir irritación.
También hay que tener en cuenta que, aunque no es lo habitual, es posible que el pesario pueda llegar a caerse una vez lo tengas colocado, ya sea por algún movimiento brusco o por la presión ejercida. En el caso de que te pase simplemente límpialo como se indica antes de volver a insertarlo.
Por último, a la hora de insertarlo, la forma más recomendable es utilizando una buena cantidad de gel lubricante a base de agua, y hacerlo de pie, con un pie elevado apoyado en una silla o taburete para que resulte más fácil.
En todo caso, si no te sientes cómoda insertando y quitando el pesario tu misma, siempre puedes organizar visitas con tu médico o ginecólogo para que sea él o ella misma la que te lo coloque. Estas visitas normalmente pueden ser desde mensuales a trimestrales, dependiendo de tus necesidades.
¿Cuándo acudir a tu médico?
Es recomendable visitar a tu médico o ginecólogo en el caso de que tengas algún tipo de complicación con el pesario:
- Malos olores. Podría ser un síntoma de un problema de vaginosis bacteriana, que implica un desequilibrio de las bacterias que se encuentran de forma natural en la vagina.
- Irritación o incluso daño en la vagina.
- Sangrado.
- Pérdidas de orina en durante el ejercicio o durante algún tipo de esfuerzo físico, o tos brusca. Podría ser un síntoma de incontinencia urinaria por esfuerzo.
- Dificultad a la hora de mantener relaciones sexuales.
- Infecciones en el tracto urinario. Pueden manifestarse como dificultad a la hora de orinar, dolor e irritación, o incluso como una subida de temperatura.
Es importante consultar a tu médico si desarrollas cualquiera de estos síntomas, puesto que pueden tratarse sin problema alguno.
