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Sujeciones: Expertos Alertan del Mal Uso que Algunas Centros de Mayores Hacen de las Sujeciones Mecánicas y Químicas

Sujeciones: Expertos alertan del mal uso que algunos centros de

mayores hacen de las sujeciones mecánicas y químicas

Sujeciones: La Sociedad Española de Geriatría y Gerontología (SEGG) alertó este jueves de que en algunos centros de personas mayores se utilizan las sujeciones mecánicas con fines ajenos a la protección del propio paciente con problemas conductuales, para conseguir objetivos organizativos o ambientales del entorno, como el cumplimiento de los horarios de las instituciones, en ocasiones rutinarios, así como para evitar la supervisión continua de los deambuladores erráticos.

lainformacion.com jueves, 10/07/14

 

Para abordar este asunto, el Comité Interdisciplinar de Sujeciones de la SEGG ha aprobado el ‘Documento de Consenso sobre Sujeciones Mecánicas y Farmacológicas’, que ha sido presentado en la sede del Imserso en Madrid.

 

Estas prácticas «no siempre se llevan a cabo con la racionalidad y excepcionalidad que serían deseables para un procedimiento en el que se pone en riesgo la libertad, la dignidad y la autoestima personal; detectando, en ocasiones, centros en donde se realiza un uso indiscriminado que supera el 50%”, según denuncia la SEGG en una nota de prensa.

 

Además, para esta sociedad, en algunos casos “ni siquiera se cuenta con el consentimiento de los representantes de las personas a las que se aplica, las cuales generalmente carecen de capacidad decisoria o ‘autogobierno’”.

 

En opinión del doctor Primitivo Ramos, el uso de sujeciones conlleva un riesgo no despreciable de complicaciones y accidentes, bien de forma directa, produciendo lesiones, erosiones, laceraciones, desgarros de plexos nerviosos o isquemias, que llegan en algunos casos a lesiones potencialmente mortales por estrangulamientos y asfixia; o bien de forma indirecta, en forma de efectos adversos como infecciones, deterioro funcional, síndrome de inmovilidad, incontinencia, úlceras cutáneas, etcétera.

Por su parte, el presidente de la SEGG considera que “las sujeciones farmacológicas o químicas, y especialmente las mecánicas o físicas, constituyen uno de los temas más controvertidos de la asistencia geriátrica por las notables repercusiones morales, éticas, sociales y jurídicas que conllevan.

Pese a todo ello, desde el punto de vista jurídico, no existe un marco normativo o legislativo específico común a nivel estatal que lo aborde, encontrando un escenario en el que cada comunidad autónoma comienza a promulgar una normativa reguladora sobre las mismas”

 

El 85% de los elementos de sujeción que se emplean en centros asistidos para «atar» a los pacientes no están homologados

 

elcorreo.com EDURNE MARTÍNEZ

11 julio 2014

 

Madrid. Sedar o atar a los ancianos enfermos alojados en residencias son medidas muy controvertidas por las repercusiones éticas, morales y jurídicas que conllevan.

Aunque no existe regulación normativa alguna, cada vez son más las asociaciones en defensa de los mayores contrarias a la sujeción mecánica o farmacológica (a través de sedantes) de estas personas.

 

Un estudio de la Comunidad de Madrid señala que el año pasado dos de cada tres ancianos internados en una residencia (66,2%) pasaron atados a la cama o sedados varias horas al día.

 

El secretario de la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología (SEGG), Primitivo Ramos, denunció ayer, durante la presentación del ‘Documento de Consenso sobre Sujeciones Mecánicas y Farmacológicas’, que el 85% de los dispositivos que se usan para «atar» al paciente «no están homologados».

 

El experto, coordinador del informe elaborado por el Instituto de Mayores y Servicios Sociales (Imserso), señaló que entre los argumentos más repetidos por los centros para sujetar a los pacientes figuran «la prevención de caídas» en el 75% de los casos y el «vagabundeo errático» (15%).

 

Para Ramos, ambas son razones «absurdas e insostenibles», ya que «no hay estudios que lo demuestren, sino más bien lo contrario». En su opinión, las sujeciones, siempre que no sean estrictamente necesarias, pueden provocar pérdida de masa muscular, atrofias, deterioro funcional, lesiones e incluso en los casos más graves, estrangulaciones y asfixias. El experto destacó que mientras que en 1992 los estudios hablaban de una muerte de un anciano por sujeción por cada mil casos, en 2003 ya eran cinco casos de cada mil.

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