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Envejecer en Casa

Envejecer en casa: la ayuda a domicilio y el rol del cuidador

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Es normal que en la última fase de la vida el ser humano busque permanecer en su propia casa.

Sin embargo, esta inclinación implica grandes retos para el cuidado de la persona mayor, más aún si tiene algún grado de dependencia. Actualmente los servicios de ayuda a domicilio trabajan para adaptarse a las circunstancias de cada individuo y brindar un cuidado tan especializado como podría recibirlo una persona en una residencia especializada para mayores.

Pasar la vejez en casa es algo que la mayoría de personas desearían, de hecho la gerontología lo recomienda y a la vez señala que comunmente el abandono del entorno habitual deriva en situaciones de desarraigo que llevan a problemas emocionales como depresión o ansiedad. En este contexto, los cuidadores familiares han sido las personas que tradicionalmente se han responsabilizado de cuidar y velar por la salud del mayor en su propio domicilio.

Sin embargo, debido a los cambios en los ritmos de vida, el aumento de personas mayores de 65 años y la dificultad de satisfacer las necesidades económicas, muchas personas no pueden permitirse renunciar a sus trabajos para cuidar a sus abuelos o padres.

Por otra parte, aquellos que por su voluntad asumen este cuidado muchas veces terminan necesitando ayuda externa para cuidar su propia salud, prncipalmente debido a la cantidad de trabajo que el cuidado implica o porque combinan otro trabajo con esta labor.

Es entonces cuando la ayuda a domicilio se presenta como una opción de cuidado. Pero esta alternativa tiene una gama o una escala de valoración muy amplia, la cual depende del grado de dependencia que la persona mayor presente. Esto a su vez implica una valoración de los conocimientos y profesionalización de quien presta los servicios de cuidado.

Claramente, no es lo mismo cuidar a un mayor que se puede valer por sí mismo y que sólo necesita ayuda básica para cumplir tareas específicas, que cuidar a una persona con alzheimer o con una discapacidad severa. También es común que la ayuda a domicilio sea la principal alternativa cuando las personas mayores gran dependientes se niegan a ir a una residencia de ancianos, aún cuando éstas ofrezcan mayores beneficios.

España tiene en cada comunidad autónoma servicios públicos de ayuda a domicilio, algunos de los cuales hacen parte de los servicios prestados por la ley de dependencia. Usualmente conviene acudir a los servicios sociales del Ayuntamiento de la población en la que reside el mayor para recibir consejo sobre la ayuda a domicilio. Este servicio es competencia de las administraciones públicas las cuales generalemnte la prestan mediante personal municipal encargado de este cometido y/o realzando convenios con empresas privadas o con organizaciones como Cáritas o Cruz Roja. Adicionalmente, el servicio público es la opción más barata, las tarifas pueden ser gratuitas o ser una pequeña porción del coste total de la ayuda.

La oferta privada también tiene empresas de ayuda a domicilio en todas las comunidades que aseguran un servicio profesional de acuerdo a una valoración previa.

Pero frente a los servicios públicos y privados los servicios informales crecen un poco descontroladamente debido al aumento de la demanda y a que el cuidado de los mayores se ha convertido en una clara oportunidad de trabajo en tiempos de crisis. Erroneamente muchos creen que el cuidado no necesita de mucho conocimiento, pero la realidad es que es necesario algún grado de profesionalización para atender con seguridad y bajo normas de seguridad y respeto a las personas mayores en su domicilio. Para hacer frente a esta situación los ayuntamientos y las consejerías de salud han estado brindando desde hace un par de años cursos de capacitación para cuidadores informales, buscando con eso conciliar las ofertas del mercado laboral con la necesidad de transformar el servicio de cuidado en una labor competente y que asegure el bienestar y la salud.

Los expertos recomiendan que si contrata con una empresa privada de ayuda a domicilio exija el título de capacitación del cuidador. Conviene desconfiar de las empresas que tardan mucho tiempo en mostrar este tipo de documentación. También se aconseja exigir un contrato en el que se detallen las prestaciones que se incluyen en el servicio, los horarios estipulados y el precio total por la ayuda asistencial. Las tarifas dependen sobre todo del número de horas contratadas y del tipo de servicios solicitados.

En conclusión tenga en cuenta los siguientes puntos:

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