¿CÓMO MANEJAR EL ENOJO Y LA AGRESIVIDAD EN LOS ADULTOS MAYORES?
Instituto50+
October 31, 2014
Entendemos que para el cuidador es muy complicado controlar todas las situaciones que trae al agresividad en los Adultos mayores y más cuando este padece alguna demencia. En primer lugar, no es un niño al que puedes controlar físicamente. Es muy desgastante contener a un Adulto por su tamaño, su peso y, en muchos casos, el descontrol donde no mide sus fuerzas y tu integridad está de por medio.
Aquí te damos algunas recomendaciones prácticas para que puedas controlar la agresividad en los Adultos Mayores con el fin de que te protejas tu, los protejas a ellos pero además se cree un vínculo de respeto y mutuo entendimiento:
1. Mantén una actitud contraria. Cuando el Mayor está agresivo, lo mejor que puedes hacer es cambiar tu actitud al lado opuesto. Él está a la defensiva, pero tú estarás calmado, sereno. Tu voz, al contrario de la suya, debe ser baja, sin ningún tono alarmante; es decir, demuestra que no tienen ningún tipo de postura a raíz de su agresividad. Debes ser objetivo e irle explicando lo que sucede, si es que su enojo viene por alguna actividad que realices con él. Sé comprensivo, si su enojo viene de otra parte que no eres tú, así podrás generar empatía.
2. Distrae su atención. Háblale de hacer las cosas que siempre hacen, como si la vida cotidiana siguiera y no hubiera pasado nada en particular. Háblale con frases cortas, sin tantas explicaciones como: «mira, vamos a ver en la televisión el programa que te gusta» o «¿Te acuerdas que me platicaste que un día fuiste de vacaciones a…», o algo de tu vida personal como: «mira, ayer me corté con un cuchillo, tu crees?, etc.
3. Sugerirle tranquilidad. Agrandas la agresividad del adulto mayor cuando le dices: tranquilízate, cálmate, qué te pasa, no te enojes, etc. Es mejor que lo hagas de una manera más indirecta, por ejemplo: «No te entiendo si me dices las cosas cuando estas agitado, toma unos minutos de calma y me dices cómo te puedo ayudar».
4. El contacto físico debe existir, pero controlado. Si quiere salir de la casa a la fuerza, golpearte, tirar cosas al piso, es necesaria tu intervención, pero no de manera agresiva, sólo cuidando que no se haga daño a sí mismo y sosteniéndolo de lado y no de frente para que no crea que lo confrontas directamente. Cuando está más tranquilo puedes agarrar su brazo o una palmada en la espalda para que te sienta como un apoyo y no como un enemigo. No puedes controlar la agresividad de un adulto mayor tratando de abrazarlo a la fuerza para que acepte cariño y se calme por acto de magia, deja también que viva su enojo.
Malinalli Hernández
Editora | Instituto50+
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